Sembrando Soberanía en Ciudad Bolívar: La Huerta Más Grande de la Ciudad
Por: RadioSur 106.4 Fm
Senderos del Amaranto es mucho más que una huerta; es un testimonio vivo de transformación territorial, resiliencia comunitaria y soberanía alimentaria en el corazón de Bogotá. Ubicada estratégicamente en la Localidad 19 de Ciudad Bolívar, entre los barrios Guatiquía, Coruña y Arborizadora Baja, bajo el puente peatonal de la Avenida Villavicencio, esta huerta de 4.000 metros cuadrados se destaca por ser, según estadísticas, la más grande de la ciudad.
Este espacio, liderado por Don Saulo Benavides —un agricultor con amplia experiencia en el campo y en procesos de formación—, ha demostrado que es posible convertir el caos urbano en un oasis productivo.
De Botadero de Basura a Pista de Aterrizaje Fértil
La historia de Senderos del Amaranto es un relato de recuperación. Hace 20 años, el terreno donde hoy florecen cultivos era un predio totalmente baldío que se transformó en un botadero de basura y un foco de inseguridad. Este lugar era conocido por ser invadido por habitantes de calle y delincuentes, donde ocurrían atracos, violaciones e incluso asesinatos.

Cansados de los problemas, los vecinos del barrio Guatiquía interpusieron una queja ante las autoridades competentes, lo que resultó en una intervención interinstitucional encabezada por la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Empresa Energía de Bogotá.
La transformación del terreno fue “titánica”. No se sacó ni un solo metro de escombros. En su lugar, se utilizó maquinaria para rellenar los huecos y replanar la zona, dejándola como una “pista de aterrizaje”.
La Capa Vegetal: El Secreto de la Recuperación
El mayor desafío fue la tierra. Don Saulo, criado en el campo, inicialmente dudó de la aptitud del suelo para el cultivo. Sin embargo, el Jardín Botánico, encargado de la capacitación inicial, enseñó a la comunidad a crear capa vegetal a través del compostaje y la lombricultura.

Este proceso de recuperación implicó la implementación de más de 20.000 toneladas de residuos orgánicos. La antigua asociación (Azográ) capacitó a los barrios aledaños en la separación en la fuente, llegando a procesar hasta tonelada y media de residuos orgánicos semanalmente, dándoles un uso útil en lugar de que terminaran en el Relleno Sanitario Doña Juana.
El Amaranto: Semilla Insignia y Nutrición Soberana
El nombre actual de la huerta, Senderos del Amaranto, rinde homenaje a la semilla insignia que ha sido objeto de cultivo y experimentación en este laboratorio agroecológico.
El amaranto es una semilla diminuta —se estima que diez semillas equivalen al tamaño de una lenteja— pero posee propiedades nutritivas enormes. Es reconocida por su alto contenido de hierro y, según la literatura, hasta por sus cualidades medicinales, como su uso para curar el cáncer de colon.
Usos del Amaranto:
• Como cereal expandido.
• Ingrediente en tortas, pan, galletas y coladas.
• Preparación de chicha de amaranto para eventos grandes.
• Las hojas de la planta también son nutritivas y medicinales.
Una Despensa en la Ciudad
Aunque la huerta estuvo paralizada por más de un año y está en proceso de reactivación, en su momento de plena producción se llegaron a inventariar más de 70 especies de alimentos. La variedad de cultivos es impresionante e incluye:
• Tubérculos y Granos: Papa, maíz (siembra a finales de febrero o principios de marzo), quinua, yuca, guatila (o papa pobre).
• Hortalizas: Lechugas (que se cosechaban en 45 días, pesando 600-700 gramos).
• Frutales: Cerezo, durazno, brevas, gulupa (que nace de forma espontánea), uchuva, granadilla, feijoa, mora y tomate de árbol.
• Plantas Medicinales y Aromáticas: Disponibles para que la comunidad las lleve para sus aguas.
La Defensa de la Soberanía Alimentaria
El proyecto no solo produce alimentos, sino que promueve un concepto fundamental: la Soberanía Alimentaria.
Para Don Saulo y la comunidad, este término es crucial y lo defienden frente a la “seguridad alimentaria”. La soberanía implica ser defensores de nuestras semillas soberanas, entender que son “nuestro alimento, nuestra vida,” y lo más importante, saber cómo se cultivan. La seguridad alimentaria, en contraste, asegura la comida, pero sin garantizar el proceso o el origen del cultivo.
Educación y Voluntariado

Senderos del Amaranto funciona como un centro de aprendizaje. Don Saulo capacita a las personas en áreas como la preparación de la tierra y abonos, la siembra, el mantenimiento de los cultivos y el aprovechamiento de la producción.
El espacio ha atraído a diversas organizaciones y entidades, incluyendo:
• Grupos Comunitarios: El Grupo Nueva Generación del barrio Fátima, compuesto por adultos mayores, que visita la huerta como parte de un recorrido por el sector.
• Estudiantes Universitarios: Estudiantes de enfermería y medicina de la Universidad Nacional visitan la huerta como parte de sus asignaturas de salud pública y para estudiar la política de soberanía alimentaria. Para muchos jóvenes citadinos, el espacio es una “grata sorpresa” y una forma de entender que el campesino también está en la ciudad.
• Voluntariado: El espacio recibe apoyo crucial de un grupo de voluntariado de la Universidad Javeriana, que se ha puesto las botas para ayudar a la recuperación, especialmente los días sábados. También se articula con la Red Agroecológica del Sur.
Los visitantes a menudo resaltan la sensación de tranquilidad y aislamiento que ofrece la huerta, un lugar donde se respira aire “menos contaminado” y se desconecta del estrés de la ciudad. Además, la riqueza biológica es evidente; al mover una piedra se encuentra una gran variedad de insectos y animales, como pájaros, perros y gatos.
Un Llamado a la Acción y al Crecimiento Colectivo
Actualmente, la Huerta Senderos del Amaranto se encuentra en una fase de reactivación. Aunque la organización original se disolvió por la falta de manos, Don Saulo Benavides sigue liderando el proceso y hace un llamado a la comunidad a vincularse.
La necesidad principal es el trabajo colectivo. Se requieren manos para ayudar a sembrar, a conocer, a mantener la tierra y para labores específicas como el trillado de la quinua. Los interesados en aprender, trabajar, divertirse y contribuir a esta bendición de espacio están invitados a unirse.
Este esfuerzo de visibilización es apoyado por el programa Voces del Buen Vivir, Territorio y Alimento, una iniciativa que florece gracias al Programa Distrital de Estímulos de la Alcaldía Mayor de Bogotá.
Don Saulo Benavides está disponible para ser contactado, especialmente los sábados, cuando el equipo de voluntarios trabaja en la huerta.
Contacto para vinculación y visitas:
• Nombre: Saulo Benavides
• Teléfono: 314 4476754
• Correo electrónico: saulo571@hotmail.com

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