Por: Jorge Londoño. RadioSur 106.4 FM
Desde la parte más alta y oriental de la Localidad 19 de Ciudad Bolívar, en un paraje que aún conserva vestigios de un campo maravilloso, emerge la voz de la Fundación Mujeres Quibanas (Fumuco). Este grupo de mujeres rurales y campesinas no solo cultiva alimentos frescos y orgánicos, sino que se ha convertido en una resistencia activa contra la urbanización desmedida y el machismo arraigado en la región.
La organización, que cuenta con una sede envidiable desde donde se contempla la parte occidental de Bogotá, se fundó en 2015 con la clara intención de generar un cambio para las mujeres y niñas rurales. Hoy, la fundación se ha consolidado, reuniendo entre 25 a 27 personas motivadas, y logró su legalización en 2023.
Territorio en Riesgo: La Defensa de la Identidad Campesina
La Vereda de Quiba, aunque es un sitio espectacular, enfrenta una seria problemática: la urbanización y la loteación están consumiendo rápidamente el territorio. Cindy Viviana Gómez Beltrán, representante de la fundación, señala que uno de los principales obstáculos es económico: la producción y venta de cultivos no compensa la inversión, lo que motiva a los campesinos natales a vender sus predios.
Frente a esta amenaza, el lema de Mujeres Quibanas es claro: “Rescatando la tradición quiña”. Todo su trabajo se orienta a sustituir y mantener el legado dejado por sus ancestros y abuelos.
A pesar de las dificultades, Quiba se mantiene como una zona de producción, aunque fría. Sus principales cultivos son la papa (incluida la criolla), la arveja, las habas, el maíz, la cebolla, y diversas hortalizas como la lechuga, la acelga y las espinacas. Productos como la papa y la arveja son considerados los alimentos más representativos de la zona.
La siembra de la fundación es totalmente orgánica, utilizando agua de lluvia para el riego, lo que garantiza que las hortalizas sean más limpias que las producidas en la sabana. Para combatir las malezas y plagas, utilizan métodos naturales, incluyendo fumigados a base de ortiga y ajo.
Cosechando Equidad y Transformación

El inicio de Mujeres Quibanas estuvo directamente ligado a la búsqueda de independencia económica. La representante Viviana Gómez explica que, en el campo, el machismo es una realidad. Querían ser mujeres independientes, emprendedoras e incidir en escenarios públicos.
El camino hacia la equidad de género no fue fácil. Después de establecer la huerta, las integrantes asistieron a talleres sobre la política pública de mujeres y género ofrecidos por la Secretaría de la Mujer, empoderándose de sus derechos. Este conocimiento les permitió dialogar y establecer acuerdos de igualdad con sus esposos.
La transformación ha sido notable. Anteriormente, se creía que solo los hombres eran capaces de manejar el dinero. Ahora, mediante el ejemplo, las mujeres enseñan que el trabajo es para ambos.
“No es un acto de pelea, no es un acto de decir, ‘Es que yo también mando.’ No, sino que es llegar a dialogar y a ponernos de acuerdo con nuestros esposos en decir que somos una pareja y por lo cual pues podemos llegar a acuerdos de igualdad”.
Incluso el padre de Cindy Viviana, un campesino de raíces netas, inicialmente dudó del proceso, pero al ver el cambio, se convirtió en el primer hombre en apoyarlas, donándoles un espacio para la huerta. Los esposos, por su parte, se sienten orgullosos y algunos participan activamente, incluso sumándose a los grupos de danza.
Para las nuevas generaciones, la enseñanza se da desde la cuna: se inculca a los niños (hijos y nietos) a compartir las tareas, lavar su ropa y preparar alimentos, rompiendo la tradición de que solo las niñas deben estar en la cocina.
La Cultura y el Sabor del Campo
Además de la agricultura, la fundación se enfoca en procesos artísticos y manuales. Tienen talleres de tejido que la señora Beltrán ha sostenido a lo largo del tiempo, facilitando a las mujeres la adquisición de materiales para evitar que tengan que viajar hasta Bogotá. Estos emprendimientos, apoyados inicialmente por entidades como la Secretaría de Desarrollo Económico, se nutren del saber de personas mayores, como Marianita, una “profe” de 85 años que transmite sus conocimientos.

El producto insignia en tendencia es la ruana elaborada con lana de oveja, un artículo que ayuda a mantener la identidad campesina y que impacta positivamente a los visitantes. También elaboran aceites, jabones y cremas naturales a partir de plantas medicinales, y artículos de mostacilla.
La cultura se expresa de manera vibrante a través de la danza. Han creado coreografías que representan el proceso agrícola, como la Danza de la Papa y la Danza de la Arverja. Estas danzas utilizan elementos como el asador y la ruana y buscan mostrar de forma dinámica y artística el quehacer campesino, algo que la ciudad a menudo desconoce.
El rescate culinario también es vital. En los encuentros o cuando hay obreros trabajando en el campo, se sirve una sopa muy nutritiva que se ofrece alrededor de las 10 de la mañana (el seco se sirve a la 1 p.m.). Esta sopa contiene ingredientes de la huerta como papa, arveja, habas, cilantro, cebolla y, fundamentalmente, tallos. Aunque los tallos (hojas sueltas que dan un sabor especial) son desconocidos para muchos jóvenes de Bogotá, forman parte de la tradición cundiboyacense que las mujeres Quibanas buscan preservar.
Aliados y Puntos de Venta

Mujeres Quibanas han recibido apoyo institucional. La Alcaldía Mayor de Bogotá (Programa Distrital de Estímulos) y la Alcaldía Local (a través de Ulata) han colaborado, principalmente brindando técnicos para capacitar en calidad de cosechas e insumos.
El principal punto de venta de sus productos, tanto artesanías como hortalizas orgánicas, es la plazoleta de Quiba Baja los días domingo. Allí, se les puede ubicar en las “carpitas rosadas” al costado derecho de la iglesia.
También venden directamente a turistas que buscan aire fresco y a los profesores del colegio de Quiba Baja, quienes son sus principales clientes debido a su mentalidad de cuidado personal y de la salud.
La fundación invita a la ciudadanía y a la Alcaldía de Bogotá a proteger este espacio, reconociendo a las mujeres de Quiba como un patrimonio vivo que hay que preservar. Los turistas que llegan a la vereda buscan la tranquilidad del campo y encuentran una comunidad amable.
Para apoyar la labor de la Fundación Mujeres Quibanas (Fumuco):
• Ventas: Plazoleta de Quiba Baja (Domingos).
• Redes Sociales: Facebook y Instagram como “Mujeres Quibanas”.
• Contacto (WhatsApp): 305 7596 035 o 301 443 53.


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